jueves, 28 de abril de 2011

Te he pensado

Te he pensado. Y como muchas de las últimas veces, el pensamiento no ha sido triste, sino más bien ha sido un recordatorio de cuánto es que te amo.

Te he hablado. Y una vez más, no has estado aquí para escucharme. Pero me has escuchado.

Te he besado, sabiendo que no será el último beso, y sintiendo que ese beso ha sido correspondido.

Te he llorado. Y aunque creas que es algo malo, es todo lo contrario. Llorarte me hace bien, aunque sé que no te hace bien a ti. Y por eso, me he detenido.

Te he esperado. O mejor dicho, he esperado una respuesta que sé, no llegará. Pero igual siento que me has respondido.

Te he visto. Te veo todos los días, con los ojos abiertos o cerrados, pero siempre con el alma abierta.

Te he sentido. Aunque la lógica me dice que no hay parte de mi cuerpo que te pueda sentir, no hay parte de mi cuerpo que no te haya sentido. Te he sentido.

Te he soñado. Y no estaba durmiendo, pero te estaba soñando.

Te he tenido. Y es suficiente, porque sin tenerte jamás hubiese sido.


Martes 26 de abril de 2011.