lunes, 11 de octubre de 2010

Chaucito, dulce de leche.

OK, llegué a Argentina hace tres meses con mi récord de 13 kilos bajados. No pienso escribir mi peso anterior ni el actual, porque simplemente no me da la gana de hacerlo (y porque no sé el actual), pero el hecho es que desde que llegué me dejé llevar por los fuckin alfajores, Bon o bon, chupetines, dulce de leche, helados de dulce de leche, caramelos de dulce de leche, milanesas de dulce de leche... Está bien, no existe tal cosa como milanesas de dulce de leche, pero casi casi. ¡Todo es dulce de leche!

El punto es que volví a subir de peso. Ni de broma a como estaba antes, pero algo he subido, así que me he propuesto reiniciar mi dieta-milagrosa-hazme-bajar-trece-kilos, y empecé hoy.

El motivo de este post es que me dieron ganas de escribir sobre esto y tengo planeado seguir haciéndolo. Una especie de journal de mi progreso (espero, deseo, ansío) como persona de vida sana, de nuevo.

Así que chaucito, mi adorado dulce de leche. Te extrañaré y sé que vos a mí. Pero esta relación sha no puede seguir.

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